El idioma solo es un hándicap al principio
Las experiencias en tres colegios de la capital
Autor:
M. C.
Localidad:
pontevedra/la voz.
Fecha de publicación:
3/10/2010
Sara tiene siete años y estudia segundo de Primaria en el CEIP A Xunqueira I, un centro donde dos de cada diez niños son extranjeros. En su actual clase hay una niña rumana y dos marroquíes, aunque ella lleva conviviendo con alumnos inmigrantes desde los tres. Pero claro, a Sara la geografía le importa de momento bien poco. Solo se preocupa si alguno de ellos no le habla.
Y es que, a excepción claro está de los sudamericanos, las dificultades con el idioma son la primera y principal barrera que tienen que afrontar muchos niños cuando llegan a un nuevo centro. Pero con las clases de adptación y el propio esfuerzo, «lo van consiguiendo». Fernando, el jefe de estudios del colegio de Sara, y José Luis Martínez, director del Barcelos, coinciden en que los pequeños «son esponjas y aprenden bastante rápido». «El problema -apunta Fernando- es que siempre falta personal. Se les atiende, pero podrían estar mejor atendidos. Y ahora se está recortando en todos los sitios». En Barcelos, José Luis considera que sí hay medios, con la colaboración del especialista de Educación y los apoyos desde el centro de audición del lenguaje, pedagogía terapéutica y la orientadora.
Aunque no siempre hay éxito. Arsenio Núñez, el director del CEIP Vidal Portela, que también acoge una importante población inmigrante, señala que por ejemplo en el caso de los rumanos «falta escolaridad, van y vienen, y algunos no llegan a adaptarse». Eso sí, todos coinciden en que «a veces, hay más problemas de adaptación con los padres que con ellos».
Fuera de la cuestión lingüística, la relación con los compañeros no presenta problemas. «Las riñas que suelen darse en el recreo -asegura este último docente- no son por diferente lugar de origen o por diferencia de raza, sino que suelen ser las propias de los juegos».
Cuando Martínez llegó al CEIP Barcelos hace diez años, se sorprendió del crisol de nacionalidades de este colegio, en la que llegó a haber un 30% de extranjeros. Ahora el porcentaje está en la mitad y el director cree que la razón está en la crisis. «Marcharon varias familias, se ve que no hay empleo», opina. Ese 15% de inmigrantes es que también existe en el Vidal Portela. Con los niños pontevedreses conviven seis brasileños, tres venezolanos, tres uruguayos, ocho colombianos, dos paraguayos, dos albaneses, un haitiano, seis portugueses, ocho rumanos, tres marroquíes y una lituana. Su director dice que el número aquí se mantiene con respecto a anteriores cursos, al igual que en A Xunqueira I. «Al contrario -dice el jefe de estudios de este centro-. Aquí están llegando aún estos días».
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